El desafío de las Misiones Populares en Albania

El carisma redentorista, en nuestra historia de servicio a la Iglesia, destaca sobre todo por las Misiones Populares. Pero sabemos que ya en los primeros tiempos, con la experiencia de San Clemente María Hofbauer en Centroeuropa, los Redentoristas han tenido que encontrar caminos nuevos para realizar su carisma fundacional.

En Albania, el carisma Redentorista llega en 2014, para establecerse en un contexto de urgencia misionera, ante la falta de sacerdotes suficientes para atender a los fieles católicos. La comunidad Redentorista recibió el cuidado de la Misión de Kamëz, probablemente la parroquia más grande del país en cuanto a población católica, en donde se atiende pastoralmente una ciudad periferia de la capital del país y varias comunidades rurales. Esa parroquia lleva hoy en día el nombre de nuestro padre Fundador, San Alfonso. Además de la atención pastoral de la Misión de Kamëz, todos los años los cohermanos participan en la Misión del Verano que organiza la diócesis de Sapa, durante dos semanas, en el mes de julio. La diócesis reúne a sacerdotes, religiosos y laicos para una evangelización extraordinaria en las montañas de Tropoja, que están al cuidado de una pequeña comunidad de monjas franciscanas durante el año, sin sacerdote.

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Pero la comunidad interprovincial aspira a sembrar el carisma redentorista en este país balcánico, entre otros ministerios, con la predicación de Misiones Populares. En estos 8 años, ha habido tres experiencias de Misión Popular, que tienen en común varias características. La primera, es una experiencia inter-congregacional, o inter-eclesial, es decir, sacerdotes, religiosos y laicos con carismas diferentes, se unen en la Misión. La segunda podría definirla como inculturación o encarnación: se parte de objetivos sencillos, y se llega, con medios sencillos, al corazón de los destinatarios. La tercera característica es la experiencia de la alegría del Evangelio, tanto para los misioneros como los misionados.

Estas tres experiencias vividas en Albania son Misiones Populares, en comunión con otros carismas, en donde los Redentoristas somos parte del equipo misionero, y aportamos nuestra experiencia a la evangelización y nuestro entusiasmo misionero de una comunidad más grande. La primera experiencia fue en el Adviento de 2018, en la ciudad de Gjirokastër, al sur del país, en una zona con muy pocos católicos. Durante una semana, se unieron 3 cohermanos redentoristas con dos comunidades religiosas, Franciscanas de Santa Filipa e Hijas de Cristo Rey, para anunciar la Buena Noticia de Jesús Redentor. La segunda experiencia fue en la zona rural de la parroquia de San Alfonso de Kamëz, donde unidos a religiosos y religiosas del Instituto del Verbo Encarnado y jóvenes albaneses, se realizó la Santa Misión en las comunidades de Fushë-Krujë (Larushk, Arrameras, Luz y Hasan), en el verano de 2021. Durante una semana intensa, se hicieron visitas a todas las familias, catequesis, celebraciones y actividades lúdicas que desembocaron en una renovación de la fe en la gran celebración de clausura, presidida por el obispo y en la que se celebraron bautismos, confirmaciones y matrimonios.

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La tercera experiencia fue en el pueblo de Shëndëlli, que se traduce como San Elías, cerca de la frontera con Grecia y frente a la gran isla de Corfú. Un pueblo con unas 70 familias católicas que llevaban 3 años sin celebraciones ni presencia de la Iglesia, por lo que se hacía necesario un nuevo impulso misionero. El equipo unió a misioneros de varios lugares de la Administración Apostólica del sur de Albania, y fue formado por los párrocos del lugar, dos Rogacionistas, un matrimonio misionero albanés, un sacerdote diocesano fidei donum, tres religiosas de congregaciones diferentes y un Redentorista. Durante una semana se visitaron todos los hogares (incluso las familias musulmanas del pueblo), hubo oraciones y celebraciones en el centro que posee la Iglesia (no hay templo), reuniones de hombres, mujeres y jóvenes, y todo culminó con la primera Eucaristía tras tres años. Evidentemente, en cada una de estas experiencias misioneras ha primado la sencillez, la cercanía y la alegría del Evangelio. Pero, sobre todo, lo mejor siempre es experimentar que la Iglesia evangeliza unida, porque todos somos llamados a vivir en comunión el carisma de la Misión.

Laureano Del Otero Sevillano CSSR

Misión Redentorista en Albania

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