Ucrania necesita nuestra oración

Como sabemos, desde el mes de abril las provincias orientales de Ucrania han vivido una confrontación militar continua entre el gobierno ucranio y los separatistas pro-rusos junto con las fuerzas rusas, y van más de 3.200 han muerto en este conflicto.

Los soldados de Ucrania son asistidos por los capellanes de las muchas denominaciones cristianas del país: griego-católicos ucranianos, católicos romanos, ucranianos ortodoxos de los patriarcados de Moscú y de Kiev, y por las comunidades protestantes.

Hay seis Redentoristas, que relevándose cada varias semanas, están ayudando a los soldados durante este tiempo difícil. La presencia de los sacerdotes ayuda a los soldados a encontrarse con Dios. Los capellanes oran con ellos, escuchan sus confesiones, hablan con ellos y celebran la Eucaristía para ellos. La presencia de los capellanes procura a los soldados un poco de paz en la mente y en el corazón durante un tiempo tan terrible. Muchos han encontrado su fe por segunda vez.

Dos de nuestros cohermanos de la Provincia de Lviv, el padre Romano y el P. Vitalij están ayudando presentemente a los soldados en esta confrontación militar. Oremos por nuestros cohermanos y por la paz en Ucrania.

Un seminarista de la Iglesia griego-católica de Ucrania dijo a la Catholic News Agency, bajo anonimato, que la Iglesia ha sido advertida por los militares del país que, entre los rebeldes pro-rusos, se duplica el premio por haber matado o capturado a capellanes sacerdotes.

El padre Mihailo, CSsR, que sirvió un mes como capellán en el este de Ucrania, describe la situación en estas palabras: “existe una especie de muro entre nosotros, cuando en la línea del frente nos encontramos con los sacerdotes de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania del Patriarcado de Moscú. (…) Una vez un médico militar me reprendió de ser un sacerdote griego-católico. Le respondí: ‘Mientras estamos en la guerra, invocamos juntos a Dios nuestro Padre, en lugar de centrarnos en la división entre católicos y ortodoxos’”.

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P. Mihailo me contó la historia relacionada con el bombardeo de su campamento. Un día, los soldados abandonaron el campamento en un apuro porque han recibido un mensaje que pronto comenzaría el bombardeo de su campamento militar. Después del bombardeo se encontraron con el campamento totalmente destruido (todos los coches militares, tiendas de campaña, armas, etc.) y sólo la cruz que se encontraba en la capilla del campamento quedó intacta. Era una señal fuerte para todo el mundo. (Podéis ver esta cruz en la imagen).

No hay un centro ecuménico para capellanes militares de las fuerzas armadas de Ucrania. No existe una legislación que permita a los sacerdotes trabajar en zonas de conflicto. No hay cooperación oficial con los ortodoxos en el campo de la pastoral militar. Por ahora, cada uno va por su cuenta, estando en una guerra no declarada oficialmente. Ha habido casos en que los sacerdotes griego-católicos pedían a los obispos ortodoxos del Patriarcado de Moscú de ayudar en la liberación de los prisioneros, y estos lo hicieron, pero no existe una mayor colaboración.

Desde el comienzo del conflicto en el este de Ucrania, ha habido 31 capellanes griego-católicos ucranianos que han prestado servicios en la zona como capellanes militares. Un oficial de la Iglesia católica romana estimó que alrededor de 20 capellanes militares de su rito trabajaban en esta zona de conflicto.

Jacek Zdrzalek CSsR – Coordinador de la CRE

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